¿Qué tan cruel puede ser el sistema gacha en los juegos móviles?

 


Buenas, buenas, estimados lectores y lectoras de Mundo Lira. Espero que se encuentren muy bien.


El tema de hoy, además del aviso de actualización de la historia del viernes, es sobre la suerte en los gachas en juegos móviles. 


Según San Google y mi Chaddetheo, los gachas son un tipo de videojuegos que usan las mecánicas de las máquinas gashapones japonesas que te puedes encontrar en centros comerciales, plazas e incluso en la estación de la Metrovía, y dependiendo de tu suerte (y posición de las bolas) te puede salir un objeto aleatorio. Es cuestión tuya si lo conservas o lo tiras al abismo del coraje. De eso consiste el gachapon. 


No importa si juegas Genshin Impact, Honkai Star Rail, Persona 5 The Phantom X (el miércoles salió la versión global), Zenless Zone Zero, Azur Lane, Fate: Stay Night, Fire Emblem Heroes, o NU: carnival (pa’la banda spicy) y otros más; siempre, siempre va a ver un “sofisticado” sistema de pull o tiradas en sorteo en el que debe gastar monedas, gemas, tu alma, tu cordura e incluso pasar la tarjeta del banco para conseguir personajes, armas u objetos necesarios para avanzar en el contenido que te ofrece el juego. 


Como ya mencione, las probabilidades de que te salga lo que quieres es completamente aleatorio y requiere de que le reces a la suerte, al Pity (la piedad del sistema), a Diosito, hacer altares mientras les bailas reggaeton sacro sensual (si sos un loquito del centro), claro,  también depende de tus recursos reunidos para asegurarlo.
Bien si te sale lo que querías, has ganado. Sin embargo, no todos cuentan con la suerte del San Gachapon de su lado. 


En este caso, ¿A los Pull de los gachas les encanta vernos la cara? Claro que sí. Indiscutible. En especial si quieres a tu favorito o a todos los personajes del Banner y el sistema te lanza al nadaqueveriento o puros repetidos. Ni mencionar que la obsesión de gastar y gastar dinero inútilmente es más grande que Doroviesky en los casinos y al Arturo Borja con la morfina. 


Ahora, entro en materia específica. En el juego de los carnavaleros, cada mes hay banner nuevo y le tocó al e-droid con Darling issues (Blade) y al culebro cachifo (Yakumo) en trajes de monjas goticas. Como tengo una OC bruja para representarme en el juego y en su comunidad, me obsesione en obtenerlos, en especial porque el e-droid se escapó en el anterior banner de las chicas mágicas.

La bruja reunió los recursos necesarios (para 30-40 pulls en Free to Play), los materiales para el altar y luego de hacer el baile ritual para estos dos, fue a los juegos de nuevo, espero a que cargaran e hice las tiradas antes de rezarle a ese Dios invisible y luego, cayó la decepción en el rostro de la bruja.
Indignada que solo le salió puro repetido y nada de brillis brillis neón, ella estalló y dijo las famosas palabras de lenguas guayacas que todo ecuatoriano suelta cuando todo le male sal.


Recurrir a la intuición del individuo echada a la mera suerte de sus acciones fue en vano. La bruja le fue a notificar a su becario, quien tenía todas las esperanzas en ella para que le salgan y también se ahogó en la agonía. Ya llegada la calma y la acalorada discusión del tema, la bruja dijo que el evento está entero y lo seguirá intentando, porque esa bruja tiene la meta clara de que cazará a esas monjas por el bien (o mal) de su salud mental y por ver feliz a su pedazo de pixel que empadronó por compartir cosas en común (los hombres, por ejemplo).


Gracias a todo esto y el lamento de todos los ahorros virtuales gastados para nada, se abrieron nuevas ideas, nuevas iluminaciones para expandir más el lore de las brujas en el mundo de obras que estoy construyendo. Está claro que las brujas y las monjas (aunque sean góticos satánicos gays activos) no se llevan bien, ni lo harán gracias a los conflictos sin tregua que tuvieron en el pasado con un Dios aventurero con complejo de salvador divino. 


Para finalizar, esta experiencia me deja con que el fracaso siempre trae un montón de inspiración cuando aparece en la vida de cualquier individuo. Aunque, hay más fracasos que éxitos  acumulados, eso no me hará rendirme (tal vez desaparecer por un tiempo) en este gacha llamada vida. 


En fin. Espero que les haya gustado leerme y nos vemos en la próxima entrada. ¡Besos!


Lira.


Comentarios

  1. Buen artículo y muy cierto lo que cuentas. Juego al Genshin Impact desde hace un año y comprendo tu mala suerte, jaja
    Yo ando en las mismas, sufriendo por sacar a Clorinde y el banner no me tiene piedad. El porcentaje del 50/50 me odia, el pity me esquiva y mientras tanto, me hago la idea graciosa y esquizo de que Clorinde me mira como diciendo “intenta otra vez, perdedor”. Pero bueno, la esperanza es lo último que se pierde, abuelita.

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